«Nunca es demasiado tarde. Siempre hay una segunda oportunidad». Esto, según el Rabino Iosef Itzjak Schneersohn (el sexto Rebe de Lubavitch, 1880-1950), es el mensaje de Pesaj Sheini, el «segundo Pesaj» bíblicamente ordenado para aquéllos que no trajeron la ofrenda de Pesaj a su debido tiempo.
Todos entendemos esa declaración «siempre hay una segunda oportunidad». Alivia nuestras ansiosas almas y encaja muy bien el 31 de diciembre en la página de un calendario de aforismos. ¿Pero cómo encaja esto con la vida diaria? Hice un estudio en mi barrio.
«Bueno,» dijo Sara L., una vecina, «perdí el tren de las 6:22 a casa ayer, y en los 35 minutos que esperé, leí un diario viejo, cuando podría haberle contado un cuento para dormir a mi hija, si hubiera llegado a tiempo. Hoy no perderé el tren, pero «ayer a las 6:22″ no vuelve nunca más en la vida…»
«Bueno,» dijo Jacobo H., un exitoso abogado civil, «hace veinte años conocí a una muchacha maravillosa con la cual quería casarme. En un momento dado, tenía mis palabras en la punta de la lengua, y sabía que ella diría ‘Sí’. Pero ese momento pasó y yo nunca hice la pregunta. No tengo reproches–hoy estoy felizmente casado –pero ese momento nunca regresará… No en esta vida…»
«Bueno,» dijo Fernando G., un hombre de negocios que conozco, «en la escuela secundaria tenía un amigo que me preguntó si yo pensaba que él debía entrar en la política. Éste es el último tipo en el mundo que querríamos como jefe de estado o gobernante. Pero yo no quería herir sus sentimientos, y le dije, ‘¡Seguro, dále para delante!’ No puedo decirle qué desbarajuste hizo este tipo durante los ocho años que estuvo en política. Ésa es una decisión que llega demasiado tarde para cambiar…»
¿Qué queremos decir cuando hablamos de una «segunda oportunidad»? ¿Es la habilidad de meternos en una cápsula, transportarnos en el tiempo a un punto anterior, hacer a un lado nuestro ser y hacerlo de la manera correcta esta vez? ¿Pero si eso es todo lo que hay, qué es lo que se ganó? ¡Podríamos también haberlo hecho bien la primera vez!
La idea de la Torah de teshuvah («retorno») no es sólo deshacer o corregir un error pasado. Más bien, teshuvah trata sobre transformar el pasado. Significa volver para cambiar el significado y las consecuencias de lo que pasó, para que el resultado final sea mejor de lo que hubiera sido si no hubiera ocurrido.
Sara L.: «Sabe, siendo honesta, la verdad es que aún cuando hubiera tomado ese tren, habría contado ese cuento a mi hija lo más rápido posible, sólo porque le había prometido que lo haría. Mi mente estaba en otras cosas aquel día. Pero el hecho de que perdí ese tren y no cumplí mi promesa me hizo comprender cuánto mi hija necesita de mí–y no sólo de mi presencia física, sino también mi atención y consciencia. Esta noche, me voy a sentar con ella en su cama a hablar realmente–algo que no hacemos hace mucho tiempo…»
Jacobo H.: «Sabe, no hay nada que valore más que mi matrimonio. Creo que la mujer con la que me casé es mi alma gemela destinada, la que es de verdad la única persona en el mundo para mí. Más pienso en ello, más veo que ‘la oportunidad perdida’ de mi pasado como un desafío perpetuo a experimentar–y superar–ese grado de anhelo y esperanza en nuestra propia relación. Me digo a mí mismo: ¡Si yo podía ver tal profundidad de sentimiento en esa relación que no fue, cuánto más sería en lo que realmente es! Me hace enamorarme de nuevo de mi esposa todos los días de mi vida.»
En cuanto a mi amigo hombre de negocios, en lugar de retirarse (cuando lo había planeado a los 65), ha estado trabajando día y noche para arreglar los enredos que hizo. Vamos a ver que pasará.