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Hugo Dopaso – Así en la Vida como en la Muerte

Traemos una nueva Recomendación Literaria. Esta entrega recoge fragmentos de la apasionante vida del autor, experiencias y anécdotas relacionadas con su trabajo y con Osho, su maestro y guía. Visto en su conjunto, este libro brinda imágenes integradas e la vida, la muerte y la espiritualidad.

Recoge fragmentos de la apasionante vida del autor, experiencias y anécdotas relacionadas con su trabajo y con Osho, su maestro y guía. Visto en su conjunto, este libro brinda imágenes integradas e la vida, la muerte y la espiritualidad.

 

Este segundo libro del doctor Hugo Dopaso -autor de El buen morir- habla de cómo es la vida cuando tenemos conciencia de la muerte, de la propia y de la de quienes nos acompañan. Expone su experiencia asistiendo a enfermos terminales, y puede mostrarnos hasta que niveles la visión transpersonal de la muerte y el proceso de morir dan otra perspectiva a la vida. Esa mirada mitiga la desazón y el sufrimiento que conlleva pensar en el ineludible momento en que tendremos que dejar el cuerpo.

 

El doctor Dopaso también relata su experiencia con el programa Un año de vida (A year to live) de Stephen Levine, que consiste en vivir durante un año como si fuera el último de nuestra vida, para resolver la negación que hacemos de la muerte y de nuestra resistencia a vivir la vida con toda la plenitud de su potencialidad. El programa es una herramienta de gran utilidad para implementar con personas que deseamos prepararnos para abandonar en paz este mundo, y para quienes deseamos sanar, emocional y psicológicamente, y adentrarnos en el camino espiritual.

 

Este libro no responde a un plan preconcebido, no me propuse escribirlo, pero tuve la dicha de poder hacerlo. Su origen, sin embargo, me resulta misterioso. Al igual que un hijo, se fue gestando silenciosamente en mi interior durante muchos años, al cabo de los cuales, un día, en la forma suave y natural en que una nube saturada se derrama en una tenue llovizna, comenzó a brotar de manera incontenible durante cinco prodigiosos meses, en los que disfruté mucho al recogerlo y volcarlo sobre el papel.

 

Con esto quiero decir que no es un libro pensado, mentalmente elaborado. No me detuve a procesarlo. Fue escrito de un tirón, de un modo simple y totalmente espontáneo. Por eso como autor, confieso que para mí es un enigma.

 

Siendo que el oficio de escritor no me pertenece, me pregunto qué habrá querido premiar en mí la existencia al elegirme para expresarse de este modo. ¿Acaso que confíe y deje hablar al corazón?¿Tal vez la arraigada costumbre que adquirí de hablar de la vida siempre en presencia de la muerte, sin darle la espalda? ¿El hecho inusual de no negarla?.

 

En la Primera Parte reuní los capítulos referidos a mi trabajo de los últimos años. Son ocho y abarcan el período que va desde la publicación de “El Buen Morir” en 1994, hasta la fecha.

 

En ellos muestro cómo trabajo, y además, esbozo una visión transpersonal de la muerte y el proceso de morir. Lo medular en ella es el acento puesto en la vertiente espiritual de la naturaleza humana que protagoniza este suceso.

 

Trabajar con esa mirada, doy fe, mitiga la desazón y el sufrimiento que conlleva el ineludible momento en que tendremos que dejar el cuerpo.

 

En la Segunda Parte, relato mi experiencia con el programa de Stephen Levine “A year to live”, (Un año de vida) en razón de haber encontrado en él una herramienta de gran utilidad para trabajar con personas que desean prepararse para irse en paz de este mundo, y también para quienes necesitamos sanar, emocional y psicológicamente, al adentrarnos en el camino espiritual.

 

Consiste en vivir durante un año como si fuera el último de nuestra vida, para resolver la negación que hacemos de la muerte, como así también de la vida al resistirnos a vivirla con toda la plenitud de su potencialidad.

 

Es un trabajo de sanación y crecimiento espiritual.
Aquí resumo mi experiencia con más de una docena de grupos que lo experimentaron.
En la Tercera Parte hablo de la vida. De mí, vida.
Narro experiencias y anécdotas profundamente interrelacionadas con mi trabajo. En cierto modo creo que lo explican, especialmente, mi relación con Osho, mi Maestro y guía.

 

Visto en su conjunto, este libro brinda imágenes integradas de la vida, la muerte y la espiritualidad.

 

Al terminar de escribirlo mi corazón quedó más liviano. En los albores de la vejez siento como un deber darlo a conocer.